La Gringa!!!!

Algo de mí al descubierto

viernes, abril 20, 2007

Que vuelva Nubeluz


Que siga la fiesta
Fiesta todo el día
Fuera la tristeza
y que vuelva la alegría”

- Que siga la fiesta- Nubeluz.

Todos los días pienso que, por el bien de mis primos y sobrinos pequeños debería volver a las pantallas de televisión Nubeluz. Es imposible, Mónica ya no está aquí y si a Almendra le mencionas la posibilidad de volver a un espacio infantil le da urticaria, solo me queda el consuelo de saber que fui parte de la generación nubecina que anhelaba el cono de dulces.
Y es que no solamente fui una niña que sintonizaba el canal para ver a las dalinas y golmodis todos los sábados y domingos a través de las pantalals de Panamericana. (que obviamente no era el mismo Panamericana de los Animateens). No señores yo era una autentica fan de ese espacio infantil (y lo digo con todo el orgullo del planeta).
Era tan fanática que logré que a mis padres se les hiciera una costumbre llevarme al coliseo Amauta a ver Nubeluz durante muchísimos fines de semana. Iba bien vestidita con mi chompita roja que decía Nubeluz y mis aretitos de Nubeluz. Yo gritaba Nubeluz por todos mis lados.
Perteneciente a la trinchera Norte del equipo amarillo, mi más grande sueño infantil era participar en el concurso de las monedas en la piscina, con el único objetivo de ponerle el diente ese ratón gigante y sumergirme a la piscina de pelotas para encender con las pelotitas negras las luces de las letras del programa, y obviamente obtener mi nubecono.
No quería ni que mis padres ni que mis amiguitos me vieran en la tele. Yo solo quería mi nubecono.Nunca lo obtuve y probablemente esa es una de mis frustraciones infantiles más grandes, aunque dicen por ahí que ese nubecono era en realidad una estafa de cartón y dulces baratos. Nunca lo sabré y aún así hubiera sido, si lo hubiera tenido de seguro aún lo guardaría como el más grande trofeo de guerra.
Obviamente les estoy hablando de la etapa de Almendra y Mónica. Lloré demasiado con la partida de esta última y desde que desapareció de las pantallas el programa no fue el mismo. Las dalinas cambiaban demasiado y no tenían ni el encanto ni la química de las fundadoras del espacio infantil.
El programa desapareció y pasaron muchos años con intentos frustrados por volver a captar realmente la atención de los más pequeños. Y aunque Yola intente robar protagonismo aclamando ser la única reina de los niños. Mi niñez fue de Nubeluz.
Hace algunos años, cuando tenía alrededor de 15, asistía a un taller de teatro dirigido por Carlos Vèrtiz (el teatro es mi pasión y luego de dos talleres con Carlos habíamos logrado una estrecha relación con muchísimo cariño, respeto y admiración). Este taller contaba con la imagen promocional de Almendra, pero la verdad es que ella estaba a punto de embarcarse en “Oh Diosas” y su primogénita estaba aún pequeña así que no iba al taller.
De pronto un día se apareció y no pude resistir decirle todo lo que la había admirado de pequeña (y todo lo que acaban de leer). Nos pusimos a hablar los tres como grandes amigos y les comenté lo malo que me parecían los programas infantiles de ahora (No tengo nada en contra de Maria Pía, pero Timoteo me parece el más mañoso del mundo. Y eso que en ese entonces aún no se estrenaba “Zoombate”, en el que las conductoras parecían protagonistas de una telenovela triple x con las minifalditas exageradas y las botas negras) ni tampoco “Animateens” con su veintiùnico bailecito del movimiento sensuall y su canje con la empresa vendedora de tintes para cabello.
Vale: Almendra, yo siempre quise mi nubecono, no tendrás uno por ahí
Carlos: ¿De verdad te gustaba tanto Nubeluz Valeria?.
Vale: Demasiado. Aún tengo todas las canciones completitas en mi PC. Espero que no te moleste la piratería, pero ya no encontraré los discos en las discotiendas (y la verdad es que tampoco los compraría, para eso está el Ares).
Carlos: Vale, tengo algo que decirte. Yo era Gluffo.
Vale: Me estas mintiendo No puede serrr. ¿Tú eras el más más de la nube?
Carlos: Pues, si así lo quieres ver, así es.
Vale: ¡Ven aquí y dame un abrazo! Acabas de cumplir mi sueño. Puedo morir en paz, Gluffo es mi amigo.

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domingo, abril 15, 2007

¡Menuda fan!



Mito de televisión.
Estrella de videoclip
Mito de televisión
Enamorado de ti

“Búscame”
-Menudo-


Cada vez que llegaba a la casa de mi abuela corría al cuarto de mi prima. Andrea, me lleva siete años y en ese entonces era mi modelo a seguir, Me encantaba pasar tiempo con ella en su cuarto y a pesar de la diferencia de edades siempre ingeniaba juegos para divertirnos.
Pero no solo compartimos los juegos infantiles, las telenovelas mexicanas y el gusto por las Pringles y otros bocaditos importados que solo a ella le compraban, sino también que con ella aprendí por primera vez lo que es ser fan de alguien y tuve mi primer amor platónico, que a los siete años, es realmente importante.
En una de esas visitas encontré su cuarto empapelado con las caras de unos chicos rubios y de ojos azules: Los New Kids on the block. Ella tenia ya catorce y yo siete. Tras indicarme cuales eran sus nombres (los cuales ahora la verdad ni recuerdo) elegí a mi favorito (claro que no sin antes recibir la advertencia de mi prima, su favorito no podía ser el mío porque era solo de ella, de nadie más).
Apróximamente un mes después, al regresar a su habitación me di cuenta de que aquellos apuestos chicos rubios habían sido remplazados sin piedad por otros caballeros que no se les parecían en nada: Locomía.
Vale: ¿Qué paso con los New Kids?
Andrea: Nada Valeria, pero ahora los Locomía están de moda.
Vale: Ahh ya.
Andrea: Aunque dicen que son gays.
Vale: ¿Qué es eso?
Andrea: Ay valeria, que dicen que les gustan los hombres, pero no les creo
Vale: ¡Pero como les pueden gustar los hombres…si son hombres! Yo tampoco les creo.
Andrea: ¿Quieres escuchar lo que cantan?
Vale: Primero dime cómo se llaman. Me gusta ese, el de pelo largo.
Andrea: Ah, él es Carlos, te lo puedes quedar a mi no me gusta, yo prefiero al de su lado… vamos a escuchar su música te va a gustar.

En el camino de regreso a casa le fui contando a mi mamá de Locomia.
Vale: Mami, creo que son españoles, tienen el pelo largo y dice Andrea que en la tele les dicen gays, porque dicen que les gustan los hombres.
Lili: Tú pensando en esas cosas Valeria.
Vale: Mami, ¿me compras un póster de Locomía?
Lili: Lo hablamos en la casa Valeria. Está bien, te compro uno.

Amor a primera vista

Esta vez la gracia duró dos semanas. En la siguiente visita a casa de Andrea, Carlos, el Locomía que me gustaba, y los demás posters habían sido cambiados por fotos de Menudo.
Mientras sacaba un casette de Etiqueta amarilla Andrea me iba diciendo uno a uno los nombres de los cinco integrantes.
Andrea: Ashley, Alexis, Adrián, Abel y Andy. Andy es mío. Tú te puedes quedar con Abel, es el más pequeño, solo tiene doce años.
Esa tarde escuchamos el casette completo de Menudo “15 años” era el título de esta producción de los cinco adolescentes.

Un mes después volví a casa de Andrea Y me dí cuenta de que los posters de Menudo seguían ahí, intactos. Es más la colección había aumentado y ya casi no quedaba ningún espacio libre en la pared que no mostrara una foto de alguno de los integrantes.
Fotos posters y recortes poblaban la habitación que en sus cuatro apredes gritaban Menudo.

Fue entonces cuando comencé a contagiarme de la verdadera fiebre de un artista. De aquel primer amor platónico, que a los siete años es grave, fuerte y de verdad te lleva a las nubes.
En pocos días ya me sabía todas las canciones del casette “15 años” . Mi primera visita a una discotienda fue para comprarme también ese casette. Me olvidé de los dulces y mis escasas propinas de ese entonces las gastaba en comprarme fotos de Abel y del grupo, Posters y mi primera y única revista Pantalla. Cree un álbum de fotos de mis ídolos, repetía el casette a cada instante y en mi casa me peleaba con mis padres argumentando a mi corta edad que Abel era el mejor hombre del mundo. Mí tía Patty se encargo de regalarme el siguiente casette de Menudo “Imaginate”, que tenía una canción en inglés, la primera en idioma en extranjero que me aprendí y coreaba. Al mismo tiempo seguía gastando mi dinero en fotos y stickers, iba a casa de amigas mucho mayores y me sentía feliz de poder jugar a ser la adolescente fanática del grupo de moda. Las muñecas habían quedado olvidadas en el rincón de mi cuarto, que también tenía un póster de Menudo
Mientras tanto en casa de Andrea, las cosas eran similares, o más graves,
En la siguiente visita las paredes de su cuarto tenían los posters tamaño natural de cada uno de los integrantes que se entregaban al comprar un ejemplar de Teleguía. Toda la repisa de su escritorio estaba llena de videos de VHS con entrevistas al grupo que se encontraba en Lima. Los chicos se iban a presentar en Hola Yola, Aló Gisela y cuanto programa de radio y televisión existiera en ese entonces.
Ese día Andrea me mostró orgullosa un papel. Una entrada para ocupar uno de los primeros asientos en el concierto de Menudo en Lima. Tenía lista la cámara, el atuendo la entrada y la emoción guardada para desbordarla durante aquel día, al cual ella llamaba mi cita”.

Luego de enseñarme su entrada continuamos jugando. Ya no nos gustaba jugar a las muñecas, ni al restaurante, ni a la tiendita, ni siquiera a ser artistas. Nuestros juegos habían “evolucionado”. Cada una elegía una almohada e imaginábamos que eran nuestros favoritos de Menudo y los besábamos.
Ahora me pregunto ¿qué podía saber yo del amor en ese entonces? La verdad es que lo que sí sabía es que la música de menudo me alocaba, los casettes resonaban en mi casa hasta aburrirme y me dedicaba a verlos por la televisión todo el tiempo.
Decidí cambiar la almohada por la puerta del closet de mi prima. Desde entonces, esta puerta será Abel. Dije convencida. Nadie más podía elegir la puerta. Cuando empecé a besar la puerta con una convicción preocupante entró mi mamá al cuarto para avisarme que ya nos íbamos.
Lili: ¿Qué haces besando la puerta, Valeria?, me increpó con los ojos saltones y con una cara de preocupación alarmante.
Vale: No es la puerta mamá, es Abel de Menudo. Mira es él, el de la foto grande.
Lili: Andrea, ¿no te parece que es muy chiquita para enseñarle esas cosas?
Andrea: Yo no le enseñé nada.
Valeria: Yo no soy chiquita mamá. Tengo seis años y estoy a punto de pasar a segundo grado.
Lili: No vuelvas a besar la puerta del clóset Valeria.
Vale: ¡Que no es el closet, mamá! Es Abel, el de la foto.

Mi primera decepción

Esa tarde, camino a casa tuve una seria conversación con mi madre. De niña a mujer.
Valeria: Mami, ¿me puedes comprar algunas revistas Teleguía? Tienen unos pósters tamaño natural de Menudo. Eso sí tienes que comprarme varias porque vienen en pedacitos para ir armando.
Lili: Ajá, déjame ver si las consigo.
Vale: Mami, una cosita más, la última.
Lili: ¿Qué más quieres Valeria?
Vale: ¿Me puedes comprar una entrada para ir a verlos. Van a dar un concierto la próxima semana. Creo que el sitio se llama Amauta, algo así, no lo recuerdo bien.
Lili: Ahora sí que estás loca. Eso va a estar lleno de gente. Eres muy chiquita para eso y te puedes asfixiar, te pueden chancar, además no puedes ir sola y no voy a ir contigo.
Vale: No hay problema mami, puedo ir con Andrea. Ella ya tiene su entrada.
Lili: Dije que no Valeria. Cuando crezcas y regresen vas. Esta vez no.
Vale: (bañada en lágrimas y decepcionada de la vida) ¡pero mamá!
Lili: ¡Basta! No se diga más. Mañana voy a ver si te puedo conseguir esos posters que quieres y punto y si sigues insistiendo no te compro nada.

Una semana después volví a casa de Andrea. En el concierto del día siguiente al que ella asistió una chica murió asfixiada y mi tía se paso agradeciéndole a todos los santos que no le tocara a su hija.
Andrea: ¡Me miró Valeria!
Vale: ¿Quién?
Andrea: Andy. En la canción fueron tus ojos. Me señaló y yo sentí su mirada. ¡Me miro!, ¡me miró!
Vale: ¡Qué suerte tienes! Mamá dice que la próxima vez que vengan me tocará ir a verlos. Ojalá me miren también ¿no? Ojalá que regresen pronto, Ojalá que me vean. ¿Tu crees que los pueda conocer Andrea?
Andrea: No lo sé Valeria. Habrá que esperar que regresen.

Nunca fui a verlos. El grupo cambió de integrantes. Andrea sacó todos los posters de su cuarto y mucho tiempo después, en una exhaustiva limpieza de su habitación me regaló su colección de fotos. (La cual guardo hasta ahora). Mamá nunca me compró los pósters tamaño natural de Teleguía, pero yo continué con mi colección de fotos y seguía siendo fan. Todavía los veía por la tele y cantaba sus canciones. Hasta que el grupo se convirtió en MDO. Abel seguía formando parte del grupo, se había convertido en padre de dos niños de manera precoz y yo había entendido que ni él era la puerta ni se casaría conmigo. ¡Ya no me gustaba ese Menudo! Yo los quería a todos juntos.

Pocos meses atrás descargué en mi PC todas las canciones de Menudo y encontré mis casettes originales. Los escuché hasta cansarme y recordé aquella etapa de fan enamorada precoz. Aún sigo esperando verlos en vivo y espero el reencuentro con ansias. Estoy segura que, aún ahora, a mis 21 años, viajaría a México, Puerto Rico, o al fin del mundo para verlos en vivo. Un reencuentro es casi imposible, pero la esperanza es lo último que se pierde.



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miércoles, abril 11, 2007

Ya no quiero ser cantante II





Para más información leer:

Ya no quiero ser cantante I

"Cantando, la vida es mejor cantando

Por siempre mi voz oirás y al mundo descubrirás"

- La vida es mejor cantando- Timbiriche






Un post sobre los "wannabe cantantes" me hizo recordar una anécdota de hace algunos años que me causó un trauma, ahora superado, por lo que paso a contarles lo que sucedió.


Mi afición por el canto es por todos conocida. Prueba de ello es este pasaje de mi vida que me ocurriò cuando tenìa 14 años.


Un papel amarillento anunciaba un concurso llamado "Regatiadas culturales" de un club al que pertenezco pero caigo a la muerte del gato. Digamos que un evento asì podía merecer que vaya una vez màs, sobre todo porque se trata de un concurso de diversas expresiones artísticas entre los socios, entre ellas el canto.


Así que con una seguridad envidiable me acerque a inscribirme a la lista de participantes. Eran solo cinco los socios inscritos en la categorìa "Canto solistas Damas de 14 a 18 años". Ahì encajaba yo, que con voz tímida señalé que no sabìa que quería cantar, solo quería hacerlo.


Uno de los organizadores (que fácil quiso hacerme algún tipo de daño) me ofreció realizarme una pista de Shakira y luego de un par de semanas terminé en el escenario con el fondo musical de "Buscando un poco de amor".


Como podría resumir en que acabó esta experiencia. Digamos que de los 5 participantes yo ocupé el quinto puesto del concurso... eso lo resume todo.


Claro que tomando en cuenta que el puesto dos lo ocupaba Daniella Saetonne (vocalista de "Fuera del Resto") , en ese entonces conocida por su mamá y su papá y el tercer puesto era de Rocio Grillo, (ex Hoja de Parra y cantate profesional) puedo decir orgullosamente que ocupé el quinto lugar de cinco.


En los años siguientes me volví a inscribir al concurso pero nunca más me atreví a subirme a ese escenario. De recuerdo queda un librito que me regalaron con las fotos del evento, en el que ni siquiera figuro. Me borraron del mapa y mejor porque asì no quedó ningún tipo de evidencia de que estuve ahí.


Lo bueno de todo esto es que asumí mi realidad. No te preocupes Milagros. No serè la versión femenina de Jason Dulanto, y no llegarè con mi demo a tu oficina, tampoco le diré a Patty que me de 5 minutos en Entrometidas ni quiero mi foto en la portada de Luces. Yo quiero y respeto al periodismo de espectáculos y desde hace varios años descubrì que mi lugar està desde el otro lado de la tribuna. Escribiendo de aquellos a los que Dios si les dio talento para subirse a los escenarios y cantar.


Aunque tal vez algún dìa alguien me de una opotunidad. Por lo pronto mi vecina y yo hacemos unos duetos con los temas de Sanz que causan envidia a más de un improvisado ( y dolores de cabeza a mis vecinos y a mi familia, que en más de una ocasión han escondido mis discos de Pandora y Pimpinela y han quitado las conexiones de mi radio para vivir en Paz).

A todos ellos, por su tranquilidad, les reafirmo una vez más. No se proecupen que ¡Ya no quiero ser cantante!

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lunes, abril 02, 2007

Los amigos que perdí….y los que gané





La amistad es algo que atraviesa el alma es un sentimiento que no se te va. No te digo como pero ocurre justo cuando dos personas van volando juntos


-Las cosas que vives-

Laura Pausini


Debo aceptar que la amistad es un tema recurrente en mi blog, tal vez porque de pequeña soñaba con hacer realidad la canción de Roberto Carlos “Yo quiero tener un millón de amigos y así más fuerte poder cantar”. Aún quiero cantar y canto más fuerte, pero eso del millón de amigos quedó descartado por completo.


No gracias, paso. No quiero miles de contactos en mi Messenger a los que no les hablaré ni por Navidad, no quiero miles de fotos en mi hi 5 de personas a las que no veo en vivo y en directo miles de años.


No quiero que nadie que no lo sea en realidad me llame “amiga” para dirigirse a mí de manera agradable. Me da urticaria.


Dicen que los amigos son los hermanos que uno puede elegir. Yo elegí pocos, algunos decidieron irse en el camino y por más que yo corrí para alcanzarlos ya no pude. Otros se alejaron de mí porque cruzaron el charco y tuvieron que vivir a kilómetros de distancia. Pero aún a la distancia los conservo.


Algunos pocos llegaron a sorprenderme, sin que yo los llame diciéndome “aquí estoy y llegué para quedarme” y así se quedaron y se quedarán por siempre.


Ahora, después de haberle entregado a mucha gente mi cariño y no necesariamente haber recibido lo mismo, estoy orgullosa de que en realidad toda esta lista no sea extensa. Son pocos pero son y a ellos los quiero con mi corazòn a la décima potencia. Creo que lo saben y si no pues ya se enteraron.


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