¡Ya no quiero ser cantante!

Fame

I'm gonna live forever

I'm gonna learn how to fly

High

I feel it coming together

People will see me and cry

Fame

-Fame Irene Cara-

Recuerdo que fue en una navidad cuando mi mama me regalò uno de mis juguetes favoritos. Se trataba de un micro con un parante como los que se usan en los conciertos y un parlante para oìr mi voz como si fuera un karaoke. Si bien ese juguete no duró mucho en mi vida aún recuerdo como me encantaba ponerlo al centro de mi habitación y gritar las canciones de moda.

Cuando este juguete desapareció no me hice mayor problema, cualquier elemento podía convertirse en mi micrófono: el control de mi tele, mi colonia, en ese entonces la colonia chupete o algo así), un peine o lo primero que se cruzara en mi camino.

A los 4 años ya sabía temas completos y me encantaba grabar mi voz en casettes para volverla a oír una y otra vez. A los 5 ya actuaba frente al espejo y en el mejor de los casos frente a mi familia. (quienes en ese entonces recibían con gracia mis expresiones artísticas.)

A los 6 años hice mi lanzamiento al estrellato de manera profesional ( es un decir). Con todo y una vestimenta (bastante ridícula, por cierto) jugué a ser la protagonista del último video de Juan Luis Guerra. Bastante gracioso reslutó el asunto. Cosas de niños...

Han pasado casi 15 años desde entonces y para nadie es un secreto que me facina cantar (ojo, no he dicho que lo haga bien) canto en la ducha, canto al despertar, canto al trabajar, canto a estudiar, canto antes de dormir, canto frente a la computadora, canto en la covida, canto en la 76, canto rumbo al paradero, les canto a mis vecinos (y ellos a veces me callan), canto en los conciertos, canto...siempre canto.

La verdad es que no puedo dejar de hacerlo. Más ahora que debo declararme fanática confesa de la mùsica del reecuerdo de radio Felicidad y La inolvidable (tu radio amiga). Pandora, José José, Roberto Carlos, Camilo Sesto, Pimpinela son parte de todo lo que entra por mis oídos.

Hace algunos días mientras me encontraba en casa de Johana y Jandira jugando una partida de telefunque de pronto Perales se dejó escuchar y yo, tome el lapicero y me puse a cantar, soltando gallos: "por amor es fàcil renunciar y darlo todo sonriéndote, por amor es fàcil abrazar a tu enemigo sonriéndole, por amor es más facil sufrir la soledad, por amor es más fàcil vivir en libertad".

Antes de que alguien diga cualquier cosa o piense algo peor tengo que aclarar que, por mi trabajo todos los días tengo que lidiar con cantantes y no tan cantantes, artistas y no tan artistas, figueretis y más figuretis. Un Arnau con complejo de Sanz, una Josetty con complejo de Jlo y asi una interminable lista.

Entonces me pongo pensar que aquí en esta tierra donde abundan los cantantes que tienen un solo "éxito" (es un decir) en la radio y donde jamás llegarán verdaderos artistas es realmente acertada mi decisión de guardarme el "talento"para aquellos que estén dispuestos (y no tan dispuestos a escucharme).

De niña sentí que era como el cuento de hadas y la ilusión que se rompía en mil pedazos cuando tenía que dejar de jugar y volver a mi realidad. Ahora veo la realidad de los grandes "cantantes" a los que le veo la cara casi a diario y solo tengo una cosa que decir: ¡Ya no quiero ser cantante!