La Gringa!!!!

Algo de mí al descubierto

jueves, junio 26, 2008

Historia de una amistad: Las cosas que nunca te dije



Dicen que los amigos no siempre se parecen. Alguna vez escuché también que mientras más distintos es mejor. A mi, no me importan todas esas frases con sabor a libro de autoayuda, me gusta crear mis propias historias y mi propio libro de vida. Y esta, además. es una muestra para los que no creen en que las amistades son para toda la vida.


Si tuviera que escribir una historia sobre amistad, comenzaría por esta, porque aunque nunca te lo he dicho me enseñaste el significado de amistad cuando aún no aprendía a sumar, y me demostraste que aún siendo distintas, nuestro corazón tiene una conexión casi irrompible y con el tiempo cada una ha tomado lo mejor de la otra.
De 0 a 7 años
Hemos crecido juntas y nuestra historia de vida se teje casi en paralelo. Ni siquiera recuerdo cuándo te conocí, pero podría jurar que aún estaba en pañales. Los recuerdos de entonces son bastante borrosos, salvo por que cada una tenía una muñeca favorita y un juego favorito.
Luego mi recuerdo vuela hasta sus 4 años y medio. Nos llevamos 2 años y eres la amiga “más chiquita” que tengo. Cuando cumplí seis llegaste a mi cumpleaños con una maya de flores dispuesta a arrasar con toda al fiesta bailando “Sopa de Caracol” y ¡Ganaste el concurso de baile! Parecías una licuadora moviéndose, pero además luego de ver el video vi como mi madre le hacía ojitos al payaso para que seas “La elegida”.




Cuando Diego y Omar “nuestros novios de infancia” se fueron a vivir a Estados Unidos ambas nos abrazamos en el Aeropuerto llorando por nuestra primera pérdida sentimental. Teníamos cinco o seis años.




Establecimos a lo largo de los años una rutina de juegos, casi siempre los mismos, con tus juguetes o los míos. A partir de entonces nuestras mamás ya nos vestían igualitas, nos compraban los mismos juguetes y nos llevaban a los mismos lugares. Nunca nos hostigamos ni te odié porque conociste Disney y yo no.



De 7 a 12 años
Comenzaron las primeras “peleítas”. Primero por determinado juguete, luego por opiniones distintas. Hicimos un club, preparábamos postres y mojábamos a transeúntes en carnavales, jugábamos en la computadora y siempre me ganabas en Tetris. Nunca me cayeron sus amigos del colegio y odiaba a tu perro porque siempre me miraba con cara de querer cenarme. Hasta que una vez casi me cena. Pasábamos las tardes con tu papi en los juegos mecánicos juntando las fichas para un juguete nuevo y terminábamos la faena comiendo comida rápida y quedándome a dormir en la cama de campaña de tu casa. Nos metieron a todos los cursos de verano juntas, solo que tú si aprendiste a pintar bonito y yo hasta ahora no dibujo pero ni una casita en el lago.





De 12 a 15 años
Insisto, no soportaba a tus amigas del colegio. Comenzabas a escuchar música totalmente desconocida para mí, pero fuimos juntas al concierto de Fey, conocimos juntas el zoológico de Huachipa y hacías piyamadas, alguna de las cuales hizo que nos peleáramos. Viajábamos, hacíamos campamentos en la playa, nos escapamos una noche en Kapala bajo la lluvia y la gracia acabo con mi brazo vendado. Por el camino tus amigas del cole desaparecieron, te cambiaron de colegio un par de veces, felizmente ya no nos vestíamos igual y comenzaban nuestras salidas nocturnas…cada a una a lugares distintos.
De 15 a 18
No conocía la mitad de tu colección de discos. Te mudaste terquísima a mi casa y te visitaba más seguido, tomábamos lonchesito, jugábamos cartas con tu abuela apostando monedas de baja denominación (y la mayoría de veces ganabas tú) Me nombraste “madrina” de tu nuevo perro con nombre de hierba alucinógena. Nos metimos juntas al gimnasio y comenzamos la dieta juntas, solo que tú si la continuaste y yo no. Tus amigas del cole me asustaban y te encaletabas chatas de ron entre la ropa. Te hiciste un piercing y un tatuaje que por lo general tu madre descubría seis meses después cuando ya todos sabían de la existencia de los mismos. Tocabas guitarra y no me dejabas cantar. Me regalaste el disco de Daniela Herrero porque no se quien tuvo la magnífica idea de regalártelo cuando tú le querías escupir. Me diste a guardar unas rislas que luego mi madre encontró en mi cajón. Te me fuiste a España nos sin antes comprarnos las mismas zapatillas hermanas y meternos una borrachera de aquellas en la que terminé diciéndote lo que ahora te repito “Eres como mi hermana”.
Desde los 18
Haz estado lejos casi cuatro años, pero durante todos mis cumpleaños me escribes algo bonito y bastante sentimental- para ser tú-. Conozco de manera virtual tu nuevo hogar, sé lo que estudias y lo que haces, he visto los videos cojudos que cuelgas en el youtube y sé que por donde vives hay pocos antros de perdición que ya conoces como la palma de tu mano. Me asustan las fotos que tIenes en tu Hi 5 y me rayan las locuras que pones en tu descripción, pero yo te conozco más que cualquier profile digital.
¿Y ahora?
Como habrás podido notar solo he descrito un poco nuestra historia de amistad, no he descubierto la pólvora ni he cambiado nada porque todo merece ser como en realidad fue, sin embargo, como le título de este post, no pretendo repetirte cosas que tú y yo ya sabemos porque las vivimos, sino pretendo escribirte las cosas que nunca te dije, porque estábamos tan ocupadas pasándola bien que nunca nos detuvimos a hacerlo.
Cuando te fuiste temí no tener la oportunidad de hacerlo, pero ahora, casi 20 años después entiendo que nunca es tarde. Así que toma nota de algunas cosas que nunca te dije, pero ha llegado el momento.
  • Te quiero mucho, por ser tan distinta a mí y por habernos soportado tanto a pesar de nuestras diferencias. Alguna vez tuve ganas de mandarte lejos, pero nunca pude y ahora agradezco nunca haberlo hecho.
  • No se con quién sales cuando sales, con quien te peleas ni a quien odias, no me has contado si te has enamorado últimamente ni si te han decepcionado, pero sabes qué, ¡me gustaría saberlo!
  • Muchas veces no es necesario que alguien te diga algo para saberlo, por eso aunque eres mujer de pocas palabras, sé de ti más de lo que tus palabras me han comunicado.
  • Si un día alguien te hace daño, iré a escupirle, si un día quieres regresarte a Lima, te daré mi casa y si algún día tienes ganas de llorar, aunque nunca te haya visto hacerlo, te pondré mi hombro y prometo no contarle a nadie.





    Lo que falte decir, lo que se me haya olvidado, y lo que nos falte vivir, todo eso lo dejamos para el 20 de Julio, el día en que nos encontraremos y amenazo firmemente en darte un abrazo del oso.

1 Comments:

  • At 9:04 a. m., Blogger Daria said…

    HEY HO! mentira con las fotos! eres todo un periodico! o..creo q la palabra es..ESCRITORA...pero bueno...te puedo llamar peri?..no mentira...bueno..debo admitir q recordar MI VIDA...ha sido algo xtraño..teniendo en cuenta q en una foto salgo cual madre con mi pollo en brazos...pero..ahora q lo recuerdo...en cierto modo..en mi niñez...siempre me senti como la hermana perdida de mary kate ollsen...teniendo en cuenta q nos preguntaban si eramos hermanas...o gemelas..x el hecho de vestirnos iguales..y es como...a ver hijo mio...no ves q una es morena y la otra rubia?...bueno e ahi mi caso mary kate busca hermana...aparte...soy como la hermana q se fue a rehabilitacion una temporada no? ...asi q ..te escribo desde MI CENTRO DE REHABILITACION PARA PERSONAS POSITIVAS SIN ANIMO DE LUCRO....osea españa..y ven ya!...aunq...bueno..cuando vengas va a ser todo menos una rehabilitacion...va a ser mas un par de amigas q no se ven en años y que se van a alcoholizar hasta hacer un programa de radio a base de gritos y cantos alegoricos con musica de fondo de 3 geishas en plena orgia greco romana....jajaja podemos obviar la ultima parte...pero bueno..ah si..anda calentando las piernas q vas a caminar...y mucho!...muuuuuuuuucho!

     

Publicar un comentario

<< Home