La Gringa!!!!

Algo de mí al descubierto

domingo, marzo 05, 2006


Acabo de descubrir lo bien que se siente tener un blog, sobre todo para quienes gustan escribir, como es mi caso.Para mí es una especie de catarsis, es volver a los recuerdos, buenos, o no tan buenos, graciosos o no tanto, por eso prefiero ignorar comentarios de quienes tacharon este espacio como "patético" y seguir el camino. No pretendo ni siquiera mostrarme como una persona perfecta, porque estoy lejos de serlo, tampoco pretendo mostar solo mis debilidades. Estas son historias, mis historias y las de muchos màs desde mi percepción, para quienes las lean ( y también para quienes no).

Entonces ahora se me antojó contar un episodio no tan agradable en mi vida, todo el mundo tiene alguno, y éste es el mio.

No recuerdo las fechas y prefiero no hacer memoria para encontrar el día exacto, sin embargo si is calculos no fallan esto ocurrió hace 6 años aproximadamente. La noche anterior había tenido un sueño extraño, premonitorio tal vez, del día que me esperaba. Era uno de eso días en los que la soledad me atrapa y me escudo en quienes encuentro alrededor para continuar fuerte o al menos intentarlo.

Mi mamá estaba a kilómetros de distancia y aún faltaban semanas para que la pudiera volver a abrazar, mi papá y mi hermano habían viajado juntos y en esta ocasión yo no los había podido acompañar (cosa que ahora agradezco), y yo pasaba mis días con mi prima, quien disfrutaba de sus últimos momentos en el Perú ya que se iba por una larga temporada.

Eso me tenía un poco triste, mi prima había sido mi cómplice desde pequeña para muchas cosas que seguro contaré más adelante y ahora se iba lejos. Habíamos pasado la tarde anterior juntas paseando por algunas tiendas de artesanías (que me gustan tanto) y nos habíamos levantado, no tan temprano, para hablar todo lo que no podríamos hablar luego porque ese día partía.

Prendímos la música y al conversar, recuerdo que le comenté el extraño sueño que había tenido la noche anterior y que no lograba recordar por completo, no hice mayor esfuerzo por recordar que había soñado, simplemente tratamos de pasar las horas de manera más agradable planeando el día que viajaría a visitarla.

De pronto, la tranquilidad que había tratado de encontrar se vio resquebrajada por una llamada, cuyo timbre aún escucho cuando la recuerdo y me produce un escalofrío. Era mi tía Ceci, a quien quiero mucho, pero no acostumbra llamarme por teléfono, por lo que, al inicio me sorprendí gratamente. Recuerdo que me dijo que cómo estaba, era extrañ que me llame solo a preguntarme eso, pero luego lo acompañó con un "vamos a salir un rato así que espérame lista".

Antes de que terminara, su voz ya se había resquebrajado y un nudo atascó mi garganta, era obvio que su llamada era pro algo más que un simple"vamos a salir".

La frase culminó con justo la parte que no quería oír, esa que estoy segura nadie quiere oír nunca pero llega, justo en uno de esos días negros en los que no logras conciliar el sueño y en el fondo sabes que algo te impide sonreir , definitivamente ese día llegó: "Tu abuelo ha muerto", me dijo sin lograr terminar la frase por completo.

No se si mi reacción fue la más apropiada, pero fue la de un corazón roto en mil pedazos que no se podrán volver a unir jamás. El teléfono voló sin rumbo, y yo tampoco tenía uno, miss lágrimas me ahogaban y pedían salir a gritos así que dejé que fluyan hasta que se formó un rio, cuanto me hubiese gustado que estuviera mi mamá ahí para abrazarme como cuando era niña, pero no estaba. En ese momento pensé en mi papá, el a varios kilómetros de distancia y su padre, no volvería a abrazarlo jamás y a mí tampoco.

Ahora recuerdo también, que días antes de que eso pasara yo iba a pasar una corta temporada con mi abuelo, el tiempo que mi mamá y mi ´papá estaban lejos, cada uno en un rumbo distinto, pero por cosas de la vida me quedé en mi casa...si pudiera retroceder el tiempo todo sería distinto.

En fín todo estaba dicho, ya no había como retroceder, ya no iba a ver nunca más la sonrisa de quien me cobijo tanto tiempo, no vovlería a compartir helados, ni a resolver crucigramas, ni a pedirle que no fume, ¡¡¡el maldito cigarro me lo quitó!!!.

Entre a un lugar tétrico, no me gustaba ver el sitio lleno de flores y la gente que quería bañada en lágrimas. De pronto llegaron mi hermano y mi papá, habían tomado el primer avión a Lima y ya l osabían todo, no hicieron falta palabras, nos unimos los tres en un abrazo eterno que duró mucho y poco a la vez.

Lo demás es historia triste, lágrimas que no secan, y un dolor que nadie borra, pero sobre todo alguien que se fue y no regresa, aunque lo llamo todas las noches.

Él tampoco leerá esto, pero de lo que si estoy segura es que cada lágrima que derramo, como las de ahora, se encarga de secarla con el beso en la mejilla que me envía desde ese lugar maravilloso donde él ve todo...y yo no lo puedo alcanzar.

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